Felipa Rodriguez

Hoy nos reunimos para honrar y celebrar la vida de mi mamá una mujer con un corazón tan grande que alcanzaba para toda nuestra familia, y un amor que llegaba mucho más lejos de lo que ella misma sabía.

Mi mamá fue una de las personas más cariñosas que uno podía conocer. Tenía una manera especial de hacer que todos se sintieran bienvenidos, apoyados y queridos. Su hogar no era solo donde vivía era el corazón de nuestra familia. Era el lugar donde nos uníamos, donde celebrábamos y donde encontrábamos consuelo. Mantener a la familia unida fue una de sus mayores alegrías, y lo hacía con tanta calidez e intención.

Amaba a sus hijos a mi hermana y a mí con todo su corazón. Y convertirse en abuela le trajo una felicidad inmensa. Sus dos nietos eran su adoración, y ella aprovechaba cada momento para estar con ellos.

Mi mamá también tenía muchos amigos, lo cual dice mucho de la persona que era. La gente se acercaba a ella por su bondad, su carácter dulce y su lealtad. Recordaba todos los cumpleaños y siempre encontraba una forma de hacer que alguien se sintiera especial aunque fuera con un detalle pequeño. Nunca se trató del tamaño del regalo, sino del amor detrás de él. Así era ella.

También le encantaba disfrutar la vida. Le gustaba viajar, conocer nuevos lugares, y le encantaban los casinos y jugar domino, no solo por la emoción, sino por la diversión y las risas que venían con cada salida. Sabía crear recuerdos y vivir el momento.

Lo que más destaca de mi mamá es el amor que daba. A su familia, a sus amigos, y a cualquiera que lo necesitara. Tenía un corazón que hacía espacio para todos, y un espíritu que levantaba a quienes la rodeaban.

Aunque hoy nuestros corazones estén llenos de tristeza, encontramos consuelo al saber que su amor permanecerá con nosotros para siempre. Llevaremos sus valores, su calidez y su memoria en nuestro andar. Y la honraremos manteniéndonos unidos, queriéndonos y manteniendo a la familia cerca tal como ella siempre quiso.

Mami, gracias por todo por tu amor, tu fortaleza, tu bondad y toda la alegría que trajiste a nuestras vidas. Te vamos a extrañar profundamente, pero te llevaremos con nosotros por siempre.

Que descanses en paz.